CLEANWOOD revoluciona la industria del vino con una técnica que permite mejorar su producción mediante un proceso más ecológico y limpio.

En España estamos acostumbrados a disfrutar del vino de muchas maneras: por ejemplo maridando comidas, acompañando a los pinchos del “poteo”, o en su versión más festera y refrescante, disfrazado de kalimotxo o tinto de verano. No en vano somos uno de los mayores productores (casi un millón de hectáreas de suelo agrícola español está destinada a este tipo de producción…) y consumidores de vino en todo el mundo. Y seguro que todos recordaremos algún que otro personaje ilustre, valentonado, declarando su amor incondicional por él.

El buen vino es sujeto de devoción y algunas botellas alcanzan precios que la mayoría de consumidores no se pueden permitir… Pero sin entrar a valorar el impacto directo de su consumo sobre la salud de las personas, es decir, por el consumo directo, el impacto derivado de la huella ecológica de la industria del vino es bastante elevado. Veamos por qué.

El sector vitivinícola europeo cuenta 14 impactos identificados y calcula una media de 1,2 Kg de CO2 por botella, o un consumo de 4 litros de agua por litro de vino… aunque probablemente estos datos queden muy por debajo de la realidad. Para calcular las emisiones hay que tener en cuenta los diferentes procesos desde la propia campaña agrícola, el transporte, la producción y la venta, así como las inferencias producidas por la contaminación de las barricas por microorganismos indeseados, en especial el Brettanomyces.

Aún así, hay que señalar que la industria del vino en España, es una de las que más avanza e interés pone por lograr una producción más sostenible del sector agrícola. Proyectos como VINYSOST, cofinanciado por fondos del CDTI y FEDER, tienen como el objetivo conseguir vinos de calidad reduciendo su impacto ambiental mediante una gestión sostenible. Y es aquí donde CLEANWOOD una empresa española afincada en La Rioja, ha estado desarrollando durante varios años un prototipo y por fin, ha irrumpido comercialmente en la escena del sector vitivinícola, mediante una nueva técnica de desinfección que consigue minimizar el impacto ambiental producido por las técnicas alternativas de desinfección de las barricas.

Los problemas de calidad que genera el Brettanomyces (o “Brett”) y el resto de sustancias indeseadas, tienen un gran impacto en los costes anuales de esta industria, tanto por el vino “rechazado”, como por los recursos utilizados para la desinfección sin éxito de la barrica. Estos costes son económicos y ambientales (se calculan unos 305 Millones de Euros al año de costes en pérdidas económicas). El impacto ambiental derivado de la producción del vino, es evidente que no es un cálculo sencillo y la estimación los parámetros de la huella ecológica o de sus impactos ambientales, dependerán de los procesos de producción de cada empresa.

Ventajas del método CLEANWOOD

Aún así, hay que señalar que la industria del vino en España, es una de las que más avanza e interés pone por lograr una producción más sostenible del sector agrícola. Proyectos como VINYSOST, cofinanciado por fondos del CDTI y FEDER, tienen como el objetivo conseguir vinos de calidad reduciendo su impacto ambiental mediante una gestión sostenible. Y es aquí donde CLEANWOOD una empresa española afincada en La Rioja, ha estado desarrollando durante varios años un prototipo y por fin, ha irrumpido comercialmente en la escena del sector vitivinícola, mediante una nueva técnica de desinfección que consigue minimizar el impacto ambiental producido por las técnicas alternativas de desinfección de las barricas.

Conclusiones

Se han tardado varios años desde que se crease esta tecnología en el 2010 y se llevase a producción bajo la marca de CLEANWOOD, pero en estos momentos cuenta entre otros con el apoyo del Gobierno Vasco a través del proyecto RFCLEANWOOD. Así como con el interés del Consejo Regulador de Denominación de Origen “Rioja”, de muchas de las principales bodegas, distribuidores y asociaciones de vino españolas e internacionales. Sin duda, estamos ante un importante hito en aras de reducir la huella ecológica producida por el sector vitivinícola, siendo cuestión de tiempo que la mayoría de las empresas incluyan la metodología MwSP de CLEANWOOD en su proceso de producción.